Un día como hoy pero de hace 7 años (1 de diciembre 2016) supuse que ya conocía al amor de mi vida lo suficiente como para decirle “Si, acepto”. Ingenuamente creía que lo conocía todo de él, lo bueno, lo malo, sus sueños, ambiciones, adicciones, gustos, defectos, virtudes, familia, amigos, etc. No podía estar más equivocada!, pero no me mal interpretes, si pudiera regresar el tiempo, volvería a decir que si, pero ahora con una visión más amplia que me permita darme cuenta de que SUPONER nunca te lleva a ningún lado y que todos vamos cambiando conforme van pasando los años.
Curiosamente tuvieron que pasar 3 años después de aquel “Si, acepto” para darme cuenta que muchas cosas al rededor de nuestra relación estaban basadas en meras suposiciones. ¿Cómo puede ser posible si ya teníamos 5 años juntos?
Muchas personas nos decían que éramos una pareja perfecta e ideal, que nos veíamos hermosos juntos, que envidiaban nuestra relación y que cómo le hacíamos para llevarnos tan bien. Y créeme, si que nos llevábamos muy bien, tan así que de hecho un día alguien nos dijo que éramos más BFF o roomies que un matrimonio.
Además, la gente nos preguntaba cómo lográbamos ser tan felices y nuestra fotos en redes sociales tenían muchos corazones y felicitaciones, como si de un cuento de hadas se tratara.
Sin embargo, dentro de casa la realidad era otra… y no es que nos lleváramos mal o discutiéramos todo el tiempo, lo que pasaba era que estábamos suponiendo que todo estaba bien entre nosotros y que ya nada podía ir mejor, pues para nosotros, nuestro matrimonio estaba funcionando de maravilla, aunque la verdad le faltara chispa. Así era nuestra realidad.
Un día después de una larga platica/discusión/crisis matrimonial y obviamente con terapia de pareja en curso, pudimos sincerarnos y hablar desde el corazón. Ese día descubrimos que habíamos dado por hecho cosas que nunca nos habíamos preguntado de frente, que había temas que nunca habíamos hablado sinceramente y algunas otras situaciones que asumimos porque creíamos conocernos.
Por ejemplo, según yo recordaba, ningunos de los dos quería tener hijos, algo que supuse después de una conversación en nuestro noviazgo, donde mi esposo externó que no se sentía listo para ser papá. Sin embargo, resultaba que la realidad era que él no se sentía listo para ser papá en el momento de aquella conversación, pero que ser padre era algo que le ilusionaba muchísimo y que tarde o temprano le iba a surgir la necesidad de crear una familia. De igual forma, él por su parte tenía la impresión de que en nuestra intimidad todo estaba perfecto, que la culminación del acto era suficiente y que ambos nos sentíamos satisfechos. Él suponía que yo no aceptaría experimentar cosas nuevas en ese ámbito y yo por mi parte me sentía frustrada porque me apenaba decirle que sentía mucha monotonía en nuestra intimidad. Incluso, a veces ni siquiera lograba sentirme conectada a él.
En fin, aquel día salieron a relucir muchos temas más que le dieron un vuelco a nuestro matrimonio, pero definitivamente lo más hermoso de esa discusión fue el hecho de que después de los años que teníamos juntos, logramos darnos cuenta de que estábamos suponiendo demasiado y comunicando muy poco. Recuerdo que ese día terminamos hablando largo y tendido de sexo como si fuéramos adolescentes, hablamos de nuestras fantasías, de lo que nos gustaba y no nos gustaba en la cama, de lo que nunca haríamos y por supuesto de lo que esperábamos el uno del otro.
Ese día invitamos a nuestro matrimonio a nuestro primer “juguete” y a partir de ese momento nos abrimos a experimentar y a no suponer que ya sabíamos todo el uno del otro sólo por haber vivido unos cuantos años juntos.
Después de lograr darnos cuenta de lo engañados que estábamos, nos empezamos a preguntar cosas como ¿Cuantas parejas más están en la misma situación? O ¿Cómo una pareja sin experiencia como nosotros podíamos ayudar? Y sobre todo ¿Cuantos matrimonios viven su sexualidad sin un “juguete” que les haga la vida más feliz?
Y pues bueno, como se imaginarán de ahí salió la idea de Afrodita’s Room, un espacio donde pudiéramos compartir cosas acerca del matrimonio, las relaciones de pareja, el sexo, la comunicación y sobre todo cosas reales como esta que les platico y obviamente con una tienda bien surtida donde pudieran encontrar “juguetes” bonitos, únicos y de excelente calidad.
Si se preguntan ¿porque empezaste este escrito con “Un día como hoy…”? Bueno pues resulta que esto era una pequeña carta que le quería mandar a mi esposo para desearle feliz aniversario de compromiso, una carta tipo,¨ Felicidades cariño, hace 7 años tomaste la mejor decisión de tu vida¨, pero mientras empezaba a escribir me di cuenta que a él nada le haría más feliz que una aportación al blog de nuestra tienda virtual y pues aquí estoy, escribiendo para él y para ustedes, para decirles que cuando queremos estar con alguien no importa cuanto tiempo tengamos juntos, cuanto creemos que conocemos a alguien o que tan complicadas se vean las cosas en este momento. Siempre dejar de suponer y comenzar a hablar desde el corazón nos ayuda a darnos cuenta que nunca terminamos de conocer a las personas, que la gente cambia, que crecemos y que nuestra forma de pensar se transforma y todo esto da paso a que cosas nuevas y maravillosas nazcan, en nuestro caso 3 hijos y nuestra primera página/tienda virtual. Feliz aniversario cariño! y a todos, gracias por leerme.
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